Solo Sombras

Por si estás desesperado o en busca de una señal, un respiro en el fondo del mar. Si tenés que adormecerte para no sentir tan fuerte. Para quienes ya estamos grandes pero nos sentimos diminutos. Para los que en la calle nos ha alcanzado la lluvia y el llanto. Por si estás confundido o un día te quedó todo claro. Por si alguna vez te sentís solo y no hay nadie al lado.

Se va el tiempo libre pensando que tenés más de lo que te merecés, viendo los carros pasar, deseando que el bus no venga tan malditamente lleno. «Dios es amor» leés, pero es de lo que menos tenés. La cabeza ya se canso de darle vuelta a los recuerdos buenos. La medicina cada día te cae peor, paranoia en la calle y en la casa estás lleno de ansiedad. ¿En que volumen la música ya no deja pensar?

El mundo asusta pero más la idea de que al volver ya no esté mamá. Darías lo que fuera para volver atrás y poder esconderte tras sus piernas cuando a alguien no querías saludar. Lo bueno es que aun se puede bajar la mirada y jugar al desentendido. «Disculpe pero no siento el feliz día».

Quisieras ser más compasivo contigo mismo y menos con ciertos idiotas allá afuera. Pero siempre al ver al espejo te juzgan décadas de revistas, anuncios en los diarios y horas frente a una pantalla que ya muchas neuronas te ha quitado.

Son muchas ideas las que se juntan y muy pocos a quién pedir consejo, la lucidez te alcanza ya cuando ni vos mismo te tomás en serio. Querés darle respuestas a las mismas dudas pero sin pedir ayuda. La respuesta suele estar en el mismo lugar siempre, dentro del subconsciente.

Y sabés, maldita sea, lo tenés presente, nunca estás solo completamente.

Muerta de Risa

Las únicas constantes en mi vida son la inconsistencia y el vicio. Por si se creía que era una buena para nada, soy experta en dejar tirado todo y pasar pisoteándolo como que si nunca lo hubiera abrazado. Aunque la nostalgia a veces me gana, odio vivir en el pasado. Es cansado recordar el viejo ocaso, trapear todos los días las lágrimas para con ellas no resbalar. Si el verano no me mata, seguro en el otoño puedo confiar.

No sé si sea el tedio que me obliga a someter mi ya borrosa vista a largos caleidoscopios oscuros. Por más débil que se encuentre mi cuerpo, siempre hay tiempo para otra ronda de ruleta rusa. Sin cuestionar los métodos que el casino usa, para robar mi tiempo, mi pudor y lo que me queda de valor. Con música triste de fondo para que pase más suavemente el largo trago amargo.

El futuro me susurra al oído y yo… Pretendo que le entiendo. Palabras sueltas entre ruido incomprensible que a veces se cuela entre mis sueños. Siempre me aseguro que los gritos sean internos y que las lágrimas solo broten junto al vómito de madrugada. Lo dije muchas veces antes, quiere ser un ave y estar alada.

Me le adelanto al final, vistiendo siempre de negro, llorándole a un recuerdo y de flores llenando mi cuerpo. Y le pido encarecidamente que no me visite estando enamora, pero tanto a la vida como a la muerte las rige la ironía. Quiero irme llorando de alegría.

Chinche

Más seguido de lo que me atrevo a admitir, me agobia la soledad. Otras veces, las más tontas, yo ahogo mis sollozos entre mis almohadas, hay noches más desastrosas que mi tristeza no produce lágrimas. A veces tengo claro qué o quién es la causa de tanto llanto. Pero la mayoría del tiempo, solo miro al pasado con melancolía y al futuro sin esperanza.

Tengo en la cabeza varios momentos que me persiguen, algunas palabras que todavía no borro y personas que no perdono. Esas imágenes cuando estoy perdida, sin decir una palabra, solo arrastrando mi mirada perdida y mis pupilas dilatadas por un lugar desconocido, son las que matan mi espíritu ya bastante quebrantado.

Un parásito, es un organismo que se alimenta de sustancias que otro ser vivo produce. Este organismo vive dentro o sobre este, causándole daños o enfermedades. Muchas veces, me siento identificada con esta definición. Otras veces soy la que se deja drenar. doy la pauta para que se lleven mi vitalidad.

Llevo conmigo muchas cargas del pasado, que debí haber dejado tirado, pero me someto a ese peso, pretendiendo ser fuerte por el hecho de llevar todo eso sobre mi espalda. La frialdad y el desentendimiento son las máscaras que lleva el apego. Parece que esas sombras ya están adheridas a mi personalidad y en un momento de bajeza, se asoman para tomar el mando de este cuerpo ebrio y blando.

Me resguardo en una promesa de que mi fin me alcanzaría pronto. Pero cada día que pasa, el ocaso parece más lejano. Un día hace mucho tiempo, tenía la intención de renacer, por si las cosas no cambiaban. Sin embargo todo cambió, el renacer, pronto se convirtió en recaer.

Flashback

La enfermedad constante que te abraza por la espalda y te susurra al oído que nadie te quiere y que todos te van a fallar. Esa misma maldita que te hace odiar a todos y ser una decepción mas. Ninguna víctima habla de su abusador, pero su cara aparece permanente en el fondo de la mente.

Es difícil sentir el dolor antes de saber que significa esa palabra, y ver el mundo gris cuando a penas se están descubriendo los colores. A penas comprender que es el desapego cuando ya te han despojado de tu destino. Y es aún mas complicado entender que tu personalidad no es tuya, sino, que una consecuencia de acciones pasadas.

El plan de Dios es perfecto, ese ser omnipresente que más parece voyerista, se alimenta de lágrimas inocentes y no hay fuerza mágica que quite las manos frías y la boca apestosa de tantos pechos todavía planos y tibios.

El peso nunca desaparece, el estigma esta ahí, latente, y lo peor, lo que más más duele es que no se puede volver atrás, la niñez nunca va a regresar. Los terrores nocturnos no cesan y solo surge la necesidad de hacerse más fuerte.

«¿Por qué me odio tanto?» «¿Por qué siempre estoy extrañando algo?» «¿Por qué todas las madrugadas me levanto llorando?» «¿Por qué la inocencia me quitaron?» «¿Por qué cuando más amor merecía, solo me lastimaron?» No hay respuesta nunca para tantas dudas, ni dinero para terapia, no hay justicia en este lugar y el mundo de a pocos te mata.

Heartbreak

Creo que con una gota de ternura se puede quitar el sabor amargo de tu boca. Busco en la habitación tus ojos, espero muy fuerte encontrar tu mirada, pero nunca dice nada. Cuando encuentro el segundo perfecto para decir lo que siento, la ansiedad me arrebata las palabras y me escondo bajo mis pestañas mojadas.

Ni en mis sueños más locos he encontrado un momento a solas con el espejismo de tu ser, simplemente se esfuma, como el recuerdo de un mejor ayer. El mismo monosílabo que me quebranta. NO. Es el que quiero concederte, pero no soy tan fuerte.

Lo he dicho en el pasado varias veces, solo el tiempo consuela a un corazón complaciente. Pero los vestigios son la daga que va cortando las venas verticalmente. Las noches de verano se sudan frío y el cielo ya no se mueve con el mismo ritmo.

Escuche al diablo lamentarse en nuestro honor y vi al horizonte llorarle al sol. El final es impreciso y confuso, un camino que paso con paso se vuelve difuso. Mi mente hambrienta de tu alma y corazón, con pocas palabras arrastradas pierde la razón. Quisiera aferrarme a tu pecho con las enredaderas de mis arterias, pero el ocaso nos alcanzo para dar paso a la oscuridad, tan grande y profunda, se confunde con soledad.

El Abrazo que Mata

El paraíso no es como todos lo pintan, a veces el aura tan brillante de los seres te encandila, no puedes ni abrir los ojos, no entiendes las señales que te ahogan y cuando crees que ya entendiste, te das cuenta que estás aun más hundido en la ignorancia. Es difícil tratar de explicar este fenómeno de cuando tu alma se encuentra contigo mientras tú estás distraído, cuando tu consciencia quiere abrazarte mientras estás ocupando tus brazos en un amor distante.

Pero otras veces, el gozo te encuentra con los brazos extendidos al sol, el placer te conduce a los lugares más acogedores de tus pensamientos, ahí donde es por siempre un amanecer brillante y y los ojos oscuros de tu mente te engatusan para arrastrarte por una nube colorida de éxtasis.

Al despertar de este estado de constante lucidez, te encuentras con el mundo, dónde el suelo ensucia y el cielo es dolorosamente lejano. Sin embargo los besos son reales y el dolor lo es más todavía. ¿Las palabras grabadas en la pared querrán decirte algo? ¿O es solo una remembranza de estados pasados?

Quieras o no, antes del amor verdadero, tu mente muy cerrada estaba, ahora no para de recibir amor, amor falso, amor a medias, promesas de amor, a mordidas te comen el corazón. Extiendes tus brazos fuertes para criaturas llenas de dolor que con su abrazo vacío llenan de enfermedades tu interior. Poco a poco, sin mucho preámbulo, el último beso llega, y te envuelve desde las tinieblas.

Historia de amor de mierda

Como todas las historias de amor de mierda, esta comienza con dos seres desesperados por pertenecer a algún lado, caber en los brazos de otro, aunque estos le queden demasiado grandes o muy pequeños. Y termina con los dos anteriores, mucho más deshechos y más inseguros.

Juraron que no se estaban buscando pero cuando encontraron alguien que les soportaba no dudaron en quedarse, haciendo más estorbo que ayudando. Estancando al otro y gritando a los cuatro vientos que era amor, del más puro y sincero.

Los seres humanos, animales sociales, buscan a otros por conveniencia, para saciar esa sed de compañía, y se quedan por costumbre, ya que a pesar de ser adaptables, no hay nada más confortable que la seguridad falsa que da una persona. Ese respaldo inconsciente de que alguien te cuida y no te aborrece.

Las historias de amor de mierda son una mezcla entre codependencia e inseguridad. El codependiente se olvida de si mismo, para preocuparse por los problemas del otro y solucionarle la vida. Es una persona sumamente insegura y con falta de amor propio. Mientras la otra mitad de este amor es alguien problemático que crea la necesidad de su compañía en la otra persona.

Cuando los miras de lejos, parece que son perfectos. Las piezas encajan como si hubieran sido hechas para el otro, pero cuando te acercas se puede ver como se ha roto, poco a poco, una parte para encajar.

Pasan los años y todo va igual, nadie crece ni ama más fuerte, solo hay dos personas queriéndose ir, pero con mucho miedo como para hacerlo. Se consuelan con otras personas y sustancias o la constante fantasía de que todo va a terminar de una manera trágica que los deje como héroes.

Lo bueno es que esta historia de amor de mierda tiene un final, de los dolorosos, que pesan por años, el tipo de final que no te deja dormir y tampoco despertar. Mucho menos vivir. Es de esos finales cortados con un cuchillo sin filo.

 

Ratas en el Centro

Racumin

Esperás a que la ciudad se vacíe y oscurezca para salir de tu escondite. Vas rápido para que no te hagan daño hasta llegar al festín de basura, no importa si es en una casa sucia o en una cantina, mejor si es donde no haya tantas personas, para no asustar a nadie, porque siempre te culpan de invasor. Tu y yo parecemos ratas, pero más tú.

«La ciencia no miente» y se dice que las ratas tienen un genoma muy parecido al humano. Por eso se usan para la experimentación científica. Las vuelven enfermas, adictas, antisociales, las privan de  su naturaleza. Se parece a esa sociedad que limita la humanidad.  Las personas solo somos ratas con bata de laboratorio.

Pero a lo largo de la vida se va uno topando con diferentes tipos de humanos-rata y rata-humanos. Desafortunadamente estos personajes no son sacados de un cómic muy malo, es la combinación de las peores cualidades de los dos parásitos.

Rata Borracha: Las ratas que están en las cantinas de mala muerte, esas dónde lavan los vasos plásticos para volverlos a utilizar. No confundir con amigo rata.

Amigo Rata: El que nunca tiene dinero para nada, pero siempre está bebiendo.

Mejor Amigo Rata: El que te compra cerveza o alcohol cuando le decís que tenés hambre.

Rata Blanca: Es bonita pero sigue siendo rata.

Rata Desahuciada: La rata que va de casa en casa pero lo echan de todos lados y de algún establecimiento de vez en cuando. (Yo)

Roomate Rata: La que va agarrando pedacito a pedacito la comida que sobra en la refri. Esta rata no lava los platos los deja vacíos y sucios, no le importa dejar evidencia.

Rata Rata: La que entra a tu espacio e invade tus pertenencias, la matás con racumin pero como no encontrás donde se murió, apesta toda tu casa.

Todos tenemos algo de rata.

 

Muerte Cerebral

Perdido en el reflejo de la oscuridad. La veía caminando, confundida, sudando y en secreto extrañando, tan fuerte y como el primer día.

Me deshago cuando observo como voltea arriba, para ver el cielo, aguantando lágrimas, lanzando poesía que yo leería, en frente de todas las versiones de su cabeza, las más feas, las inventadas, las que en las noches se la comen viva.

Quiero meterme en cada uno de sus sueños, pero al despertar siempre moriría. Con señales le recuerdo que es eterno, que en el tiempo todavía estamos abrazados, escuchando al viento y llorando de felicidad contemplando la eternidad.

La odio, cuando no se ama. Cuando regresa al lugar que le deja vacía y drenada. ¿Por qué te gusta estar marchita? ¿Cuál es el gusto por dejar pedazos de tu alma en trampas para rata? Me gusta verte entre rosas por la ventana, cuando sonríes y cuando de mí hablas. La pasión que emanan tus ojos cuando mencionan algo que amas. Las madrugadas, entre humo y carcajadas.

Arrastrando palabras por el centro de la ciudad y no tienes idea de con quienes andas. Cuando el sol está por devorar la oscuridad, yo me encuentro cuidando tus tambaleantes pasos y trazando el camino donde  nuestras miradas se encontraran, y por fin disfrutar tu índigo ocaso.

Es hora

Por las mañanas escoges cuidadosamente la música que te acompañará al trabajo, te pones los zapatos sucios, los mas rotos, tus favoritos. Todavía está oscuro y hace frío, pero el sudor ya empezó a salir de tus poros recién despiertos. Tratando de no juzgar y no complicarte más, sin embargo las voces del más allá siempre están persiguiendo… ¿Cerraste la puerta con doble llave al salir? ¿Dejaste apagada la luz de la cocina? ¿Te acuerdas de cuando rompiste tu primer corazón? Una lágrima discreta corre por tu cara sonrojada por el calor de la humanidad que casi te va abandonando.

El día y el cielo azul dan ganas de hacer las cosas bien para variar, pero este se va desvaneciendo para dar lugar a la luna llena de deseos de portarse mal. La una, hora de comer, las tres, hora de caer, las cinco y ya eres libre, las seis, las siete, las ocho, las nueve hora de perder el control de esos hilos que creíste haber cortado, pero te aferras más cada que pasas al lado de un reflejo funesto, tu espejo humano.

El estupor que causan los rayos láser refractándose en el espacio vacío dan la ilusión de que eres eterno, que eres tan denso como el humo mismo que sacas de tus pulmones moribundos, o el eco de tu voz parece manejar cada onda de sonido que a su vez controla el movimiento del latir de cada corazón abandonado a tu lado.

¡Qué mejor que ser divino! Entre sujetos resentidos, que te roban tus objetos preciados y deshacen tus altares, luego queman tus ilusiones con su fuego de mentiras y sus amenazas invisibles. Pero tú, tú no le temes a esos misiles, que son solo silbidos que se pierden entre el ruido, las voces del más allá te vuelven a encontrar…

¡Es hora de despertar!