Chinche

Más seguido de lo que me atrevo a admitir, me agobia la soledad. Otras veces, las más tontas, yo ahogo mis sollozos entre mis almohadas, hay noches más desastrosas que mi tristeza no produce lágrimas. A veces tengo claro qué o quién es la causa de tanto llanto. Pero la mayoría del tiempo, solo miro al pasado con melancolía y al futuro sin esperanza.

Tengo en la cabeza varios momentos que me persiguen, algunas palabras que todavía no borro y personas que no perdono. Esas imágenes cuando estoy perdida, sin decir una palabra, solo arrastrando mi mirada perdida y mis pupilas dilatadas por un lugar desconocido, son las que matan mi espíritu ya bastante quebrantado.

Un parásito, es un organismo que se alimenta de sustancias que otro ser vivo produce. Este organismo vive dentro o sobre este, causándole daños o enfermedades. Muchas veces, me siento identificada con esta definición. Otras veces soy la que se deja drenar. doy la pauta para que se lleven mi vitalidad.

Llevo conmigo muchas cargas del pasado, que debí haber dejado tirado, pero me someto a ese peso, pretendiendo ser fuerte por el hecho de llevar todo eso sobre mi espalda. La frialdad y el desentendimiento son las máscaras que lleva el apego. Parece que esas sombras ya están adheridas a mi personalidad y en un momento de bajeza, se asoman para tomar el mando de este cuerpo ebrio y blando.

Me resguardo en una promesa de que mi fin me alcanzaría pronto. Pero cada día que pasa, el ocaso parece más lejano. Un día hace mucho tiempo, tenía la intención de renacer, por si las cosas no cambiaban. Sin embargo todo cambió, el renacer, pronto se convirtió en recaer.

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