El Abrazo que Mata

El paraíso no es como todos lo pintan, a veces el aura tan brillante de los seres te encandila, no puedes ni abrir los ojos, no entiendes las señales que te ahogan y cuando crees que ya entendiste, te das cuenta que estás aun más hundido en la ignorancia. Es difícil tratar de explicar este fenómeno de cuando tu alma se encuentra contigo mientras tú estás distraído, cuando tu consciencia quiere abrazarte mientras estás ocupando tus brazos en un amor distante.

Pero otras veces, el gozo te encuentra con los brazos extendidos al sol, el placer te conduce a los lugares más acogedores de tus pensamientos, ahí donde es por siempre un amanecer brillante y y los ojos oscuros de tu mente te engatusan para arrastrarte por una nube colorida de éxtasis.

Al despertar de este estado de constante lucidez, te encuentras con el mundo, dónde el suelo ensucia y el cielo es dolorosamente lejano. Sin embargo los besos son reales y el dolor lo es más todavía. ¿Las palabras grabadas en la pared querrán decirte algo? ¿O es solo una remembranza de estados pasados?

Quieras o no, antes del amor verdadero, tu mente muy cerrada estaba, ahora no para de recibir amor, amor falso, amor a medias, promesas de amor, a mordidas te comen el corazón. Extiendes tus brazos fuertes para criaturas llenas de dolor que con su abrazo vacío llenan de enfermedades tu interior. Poco a poco, sin mucho preámbulo, el último beso llega, y te envuelve desde las tinieblas.

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